16 de febrero de 2016

NO LAS MATAN, LAS ASESINAN. Y LAS QUEREMOS VIVAS. BCNEGRA SE REBELA CONTRA LA VIOLENCIA.


¿Conocen a algún hombre que caminando sólo a las tres de la madrugada por cualquier calle tema que una mujer le ataque? La respuesta es NO.
Sin embargo, como todos sabemos, el 100% de las mujeres sí sufrimos ese temor a ser atacadas, si no violadas.  Y si algunas se sienten seguras en ese sentido, les digo yo que es más fachada que realidad, se vence con aquello de dientes, dientes, o al menos si no queda más remedio que volver a casa por la única calle, mal iluminada y solitaria, pues eso, nos los ponemos bien colocados y adoptamos pose de duras, como que no va con nosotras aquello de mirar de reojo y aguzar el oído.

Hemos tenido la suerte de que alguien pensara en nosotras, y que además contagiara la decisión de extender esta molestia a todos los festivales que sobre literatura de género negro se lleven a cabo este año, que no son pocos.  Incluiría un listado, pero temo olvidarme de nombrar alguno, mi conocida memoria de pez, y así de paso, les hago trabajar un poquito y se ponen a investigarlo ustedes.


Me gustó el encuentro que tuve con Juana Gallego, profesora de periodismo y una de las ponentes que más llamó la atención en la mesa, que además es la responsable directa de la frase con la que comienzo este artículo.  Porque se mostró contundente y sabe de lo que habla, porque no endulzó ni dramatizó, porque no se pierde en la táctica de querer agradar al bando de machos alfa que aún solicita seamos nosotras quienes les organicemos batidas en duelo contra todo aquel que no ose defender que un macho, una vez reciba clases de cómo no maltratar, nos dejará de hacer la vida imposible.  Si alguien se asombra por estas reclamaciones mejor se lo toma con calma, porque en muchas ocasiones estas peticiones de clases particulares en plan yo soy así porque no se hacerlo de otro modo, pero si me enseñan y hago que soy buenecito, me quitan parte de la condena o consigo engañar al personal a partir de ahora, y mis bravuconadas pasarán más desapercibidas dentro de las mismas instituciones que presumen de defender los derechos de las mujeres, de la boca de psicólog@s (¿han notado qué memez esta de utilizar la arroba, cuando ustedes y yo entendemos a la perfección el destino de mis palabras?) y graduados sociales de sofá que nos han pasado de los veinticinco, que van de modernos y de vuelta de todo, pero tienen menos experiencia en maltrato que mi Nancy cuando le cortaba el pelo en la secundaria.

Contamos a estas alturas con la amplia experiencia de años y se ha confirmado que estos cursitos no hacen bajar las estadísticas, señores, y encima pretender exportarlo como están haciendo a otros países, gastando lo que se necesita en otros bolsillos, como puede ser ayudando a las verdaderas víctimas, digo yo. 

 Que no, señores, que ustedes tienen que venir aprendidos de casa, y ni les vamos a quitar ni a añadir más trabajo, que bastante tenemos con el nuestro, que es defender el tipo cada día. Vamos a jornadas de 24 horas, y ya sea en el trabajo, en los espacios cotidianos, en el café de la tarde con la colega y luego cuando llegamos al transporte público para trasladarnos de un lado a otro.  Que no saben ustedes la energía que quita y cómo desgasta tener que lidiar con el techo de cristal, con los padres que se dicen ser o tener una mentalidad de las de antes, o sea, machistas de los de antes, y de los de ahora,  para qué engañarnos, que se les quiere mucho y te reconoces como sangre de su sangre, pero es que hija, vas sumando y esto no hay quien lo aguante.

Juana nos resumió la razón de por qué llamarlo violencia de género y no violencia machista.
Y nos dio su opinión sobre esta mesa redonda contra la violencia en festivales como el de hoy.

Escuchar el programa y las declaraciones de Juana Gallego aquí.

Las valoraciones finales hablaban de la procedencia de quien las expresaba:

Es necesario corresponsabilidad (Anna Choy, cabo de los Mossos)

Nunca escuchamos sobre víctimas que se levantan.  Necesitamos más historias de este tipo. Si oímos golpes, gritos, hay que ir a tocar a la puerta de nuestra vecina y decir: sé lo que está pasando (Denise Mina, escritora escocesa)

Las víctimas de la violencia de género son víctimas de la revolución silenciosa…La forma que existía hasta ahora de ser hombre, se ha acabado (Juana Gallego, profesora de periodismo).

Tomen nota, porque seguiré tratando sobre el tema tantas veces como me sea posible.

M. Antón G.

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